La culpa de que no tengamos ya el iPhone5 en las tiendas la tiene… la carrera tecnológica.
El lema olímpico de citius, altius, fortius (más lejos, más alto, más fuerte) parece haberse transmutado en “más delgado, más ligero, más potente” en cuanto a tecnología se refiere. En el caso concreto de los móviles (ya prácticamente todos son smartphones, que esa es otra) estamos empezando a tropezar con la propia barrera física que impone la física y al parecer uno de los mayores obstáculos para que el terminal estrella de Apple sea una realidad es que resulta casi imposible meter tanta tecnología en un dispositivo tan delgado y tan ligero. Y aún hay más.
El propio Wall Street Journal ha dedicado su atención a la cuestión.
Los suministradores de componentes de la maca de la manzanica mordía están teniendoauténticos dolores de cabeza para ser capaces de embutir toda la tecnología que quiere Steve Jobs en un espacio aún menor del que ya conocemos.
Las mismas fuentes confirman la presencia de una cámara con óptica de 8 megas y el uso de chips de tecnología inalámbrica de Qualcomm, pero el mayor problema es ensamblar todos estos componentes en el menor espacio posible. Esto obligaría a que la producción inicial fuese más baja de lo esperado y/o a que se retrasase su lanzamiento… lo que tampoco es un problema ahora mismo dado que aún no ha sido anunciado el mismo de manera oficial
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