Durante la última Electronic Entertainment Expo, Sony nos encandiló con dos golpes de efecto. En primer lugar, con el precio de lanzamiento de su nueva consola portátil (PlayStation Vita) que aún siendo muy superior en especificaciones a la propuesta de Nintendo, costará exactamente lo mismo.
El segundo, aún más inesperado, tuvo que ver con una tecnología 3D que todos dábamos por enterrada. El empeño con que la compañía defiende la incidencia de las tres dimensiones sobre el gameplay es encomiable, todo hay que decirlo, pero en términos comerciales pocos usuarios se han decidido a dar el salto. Paneles de televisión caros y descontento generalizado para con el efecto, tienen la culpa.
¿Qué hacer? Sencillo, ofrecerle al consumidor unstarter pack (llamémoslo así) con que, en un único desembolso, tenga todo lo necesario para jugar en 3D con un amigo. Tal solución se presuponía cara a rabiar… hasta que Sony calló bocas en su media briefing, mostrando unpanel propietario acompañado de un par de gafas, cable HDMI e incluso un juego, por la módica cifra de $499.
Todos los allí presentemos coincidimos en que Sony hay pulverizado la barrera de entrada a la tecnología 3D. Ahora sólo queda esperar a la respuesta de los usuarios, si bien la opinión generalizada es de mayor predisposición a estrenarse en dichas lides.
Impresiones como las que publicaba Ecetia sobre Killzone 3 en el E3 2010, dejan a las claras que lo estereoscópico puede aportar mucho a la jugabilidad, siempre y cuando se aplique bien.
¿Depende la masificación del 3D de rebajas sustanciales? Si la respuesta es afirmativa Sony habrá hecho una apuesta ganadora. Y más le vale que resulte así, pues su siguiente envite será la realidad virtual. Sí, otra tecnología que rescatar del pasado ya que “la tecnología ha avanzado lo suficiente como para enriquecer la experiencia”.
Habla Mike Hocking, Vicepresidente de Sony:
Otra cosa que volverá pronto y por la que estoy muy emocionado es la noción de realidad virtual. En el CES presentamos nuestro nuevo HMD -head-mounted display- con el que por fin podemos llegar a donde realmente queríamos en los 80. Ahora tenemos el poder para hacerlo, la resolución de pantalla adecuada, capacidad de procesamiento suficiente como para suministrar experiencias del todo inmersivas en los juegos.
Sentirse parte de un mundo artificial, donde poder ver mis manos o mi pistola virtual, combinado con todas las acciones posibles en videojuegos… va a ser algo realmente asombroso.
Asombroso y caro, no nos cabe duda. Lo único cierto es que Sony se la ha jugado mucho al apostar por la actualización de tecnologías vetustas y que para no salir escaldada tendrá que derribar una de las murallas más inquebrantables de cuantas el ser humano pueda levantar: la del escepticismo.
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