Gracias a un nuevo tipo de nanocables, Stanford ha conseguido crear los circuitos electrónicos más flexibles existentes hasta la fecha, tanto que no sólo se ajustan prácticamente a cualquier forma posible, sino que además se pueden pegar a todo tipo de superficies y despegarse sin problemas para poder volverse a reutilizar.
Debido a que los cables tienen una longitud tan minúscula no sufren nada al acomodarse a las superficies. Luego utilizando un sustrato basado en un polímero 15 veces más delgado que el plástico de envolver, se consiguen aislar los cables, ofrecerles sustentación y protección.
Este tipo de nanocables abre muchísimas posibilidades para crear sensores de todo tipo, como biológicos que se podrían adherir directamente al tejido a medir, ofrecer células solares en todo tipo de superficies, o prácticamente llevar la electrónica a casi cualquier sitio.
Toda una revolución que según Xiaolin Zheng, profesor de ingeniería de la universidad encargado del proyecto, podría revolucionar la electrónica y como se incluirá en todo tipo de objetos en el futuro.
Estaremos atentos a lo que nos depara este sistema de nanocables y quien sabe, lo mismo el esquijama electrónico que nos de más poderes que Ironman, Robocop y Tinky Winky juntos no está tan lejano.
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