miércoles, 17 de octubre de 2012

Suiza trabaja en una red de satélites que limpien la basura espacial



Se denomina basura espacial a cualquier objeto artificial sin utilidad que orbita alrededor de la Tierra y entre los que encontramos restos de cohetes, viejos satélites, restos de explosiones, polvo o, incluso, restos de pintura de algún cohete. La presencia de estos restos cada vez preocupa más a las agencias espaciales y los operadores de satélites puesto que el impacto de estos objetos puede averiar algún que otro satélite y, según se define en el Síndrome de Kessler, generar aún más basura al desprenderse algún fragmento por el golpe. Pensando en mitigar este problema, el Centro Espacial de Suiza y la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) del país han decidido trabajar en una red de satélites cuya misión sea la limpieza de la basura espacial.
Es fundamental estar al tanto de la existencia de esta basura espacial y los riesgos que entraña su proliferación
He de reconocer que el proyecto me hizo recordar una serie de TV de finales de los años 70 llamada Quark en la que el protagonista pilotaba una nave que recogía la basura que había esparcida por el espacio pero, dejando la ficción a un lado, el proyecto es totalmente realista y el primero de los satélites, de nombre CleanSpace One (el prototipo de la familia), se está construyendo ya en la EPFL con un presupuesto de 10 millones de francos suizos, es decir, 11 millones de dólares o 8,4 millones de euros.




¿Y cómo funcionarán estos “basureros espaciales”? Teniendo en cuenta que se estiman unas 500.000 piezas orbitando alrededor de la Tierra, según los datos de la NASA, moviéndose a velocidades cercanas a los 28.000 kilómetros por hora, el CleanSpace One se enfrentará al reto de interceptar estos fragmentos de basura espacial, atraparlos y, posteriormente, forzar la trayectoria hacia una reentrada en la atmósfera para su desintegración. Lógicamente, el proceso no es nada trivial puesto que el CleanSpace One debe agarrar el fragmento de basura espacial mientras éste viaja a gran velocidad, ajustando su ruta para hacerla coincidir con la de su objetivo.



La EPFL estima que el CleanSpace One podría estar listo para su lanzamiento en un plazo que oscilaría entre los 3 y 5 años pero, a día de hoy, ya tienen clara cual será su primera misión: atrapar un par de satélites suizos lanzados en los años 2009 y 2010 y, tras el agarre, hacer que el CleanSpace One se desintegre (junto a la carga) al entrar en la atmósfera.
Voker Gass, director del Centro Espacial de Suiza, espera que el CleanSpace One abra la puerta a una familia de satélites comerciales que puedan comercializarse para retirar viejos satélites que, tras llegar al final de su vida útil, siguen orbitando alrededor de la Tierra. La idea es que los responsables de poner en órbita dichos satélites se han responsables de su retirada y la familia CleanSpace podría ser un método para hacerlo.
Un proyecto bastante interesante que, si se lleva a la práctica, podría ser un gran paso para eliminar gran parte de la basura espacial circundante, al menos la de mayor tamaño.

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