miércoles, 17 de octubre de 2012

La LRO fotografía los surcos dejados en la Luna por el Rover del Apolo 15



La misión Apolo 15 (AS-510) arrancó el 26 de julio de 1971 con el lanzamiento de un cohete Saturno 5 en dirección a la Luna llevando en su interior al comandante de la misión, David R. Scott y los tripulantes Alfred M. Worden y James B. Irwin. Esta misión fue bastante especial porque se empleó por primera vez un Vehículo Explorador Lunar (LRV o Lunar Roving Vehicle y popularmente conocido como “rover lunar”), es decir, todoterreno fabricado por Boeing y la Delco Electronics (una filial de General Motors) con el que los astronautas recorrieron 27,9 kilómetros de la superficie lunar en coche. Habiendo transcurrido ya casi 41 años de esta misión, la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) destinada a la exploración de la Luna ha fotografiado, en alta resolución, alguno de los lugares en los que se han paseado los miembros de las misiones Apolo y, en esta ocasión, la NASA ha publicado unas imágenes en alta resolución de los surcos dejados en la superifice lunar por el primer LRV en las que podemos ver, incluso, el propio vehículo que allí quedó “aparcado”.
Las imágenes han sido tomadas por la LRO desde una altura de 25 kilómetros de altura y en ellas podemos ver el lugar de aterrizaje del módulo lunar (LM) del Apolo 15 que estaba situado a 2 kilómetros del cañón lunar Hadley. En aquella misión, los astronautas tenían como objetivo recoger muestras de los basaltos de la superficie lunar, explorar por primera vez un cañón lunar y realizar una serie de experimentos dentro del tercer lote ALSEP (Apollo Lunar Surface Experiments Package) en el que, por ejemplo, dejaron instalado un generador de radioisótopos termoeléctricos (RTG) que enviaron datos, durante 6 años, a las instalaciones de la NASA. Al otro extremo de la zona de descenso, es decir, al extremo contrario al ALSEP podemos encontrar “aparcado” el LRV que se estrenó, precisamente, en esta misión.

El LRV era un vehículo todoterreno que era capaz de circular a una velocidad máxima de 16 kilómetros por hora, si bien se utilizaba en una velocidad media de 8 kilómetros por ahora. Estaba compuesto por un armazón de aluminio y cuatro ruedas compuestas por una malla de acero y dos asientos para los astronautas para que pudieran ampliar el radio de exploración a zonas algo más alejadas de la zona de aterrizaje y permitir el transporte de instrumentación avanzada y equipos de radio (disminuyendo el esfuerzo de los astronautas y contribuyendo al ahorro de oxígeno). Las ruedas del LRV, que eran de malla de acero, medían 82 centímetros de diámetro y tenían una anchura de 23 centímetros, unas dimensiones que dejaron marcada la superficie de la Luna y, gracias a las cámaras de alta resolución de la sonda LRO, hoy podemos ver como una intacta reliquia de lo que fue el programa Apolo.
¿Y qué calidad tienen las imágenes? Para hacernos una idea, un píxel de cada una de las imágenes captadas por la LRO es equivalente a 25 centímetros, una hazaña que ha sido posible gracias a la órbita tan baja que mantuvo la sonda durante las pasadas que realizó sobre la zona (entre 25 y 30 kilómetros de altura frente a los 50 kilómetros de altura habituales).
Mirar a la Luna y pensar que los surcos dejados por el LRV y el propio LRV siguen allí es algo que me parece fascinante. Vale la pena echarle un ojo detenidamente a las imágenes captadas por la LRO y las rutas seguidas por el LRV durante su primera misión.




No hay comentarios:

Publicar un comentario