lunes, 23 de abril de 2012

Plutón fue desterrado por un planeta tan enano como él


Un grupo internacional de astrónomos ha estudiado el paso del planeta enano Eris por delante de una estrella –lo que se conoce como ocultación– y ha medido su tamaño con más precisión que nunca. Los resultados reducen considerablemente las dimensiones estimadas de Eris y muestran que es de igual, si no de menor tamaño que Plutón. Hasta ahora ha sido el objeto más lejano del sistema solar estudiado mediante una ocultación.
“La estimación actual, muchísimo más precisa que las anteriores, es de 1.163 +/- 6 km de radio”, detalla a SINC José Luis Ortiz, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), uno de los centros españoles que participan en el estudio. “La técnica de las ocultaciones permite obtener una fantástica precisión en las mediciones de tamaño”.
Los cálculos anteriores lo situaban entre 1.200 y 1.400 kilómetros y convirtieron a Eris en el mayor objeto del Cinturón de Objetos Transneptunianos, una región más allá de Neptuno poblada por cuerpos rocosos y helados. Ahora parece que Plutón, con un radio de entre 1.150 y 1.200 kilómetros, podría recuperar el puesto como el mayor objeto de esta región. “Plutón es quizá hasta más grande, y decididamente más grande que Eris si contamos la atmósfera”, asegura Ortiz.
Este estudio ha mostrado que Eris es uno de los objetos intrínsecamente más brillantes del sistema solar, con un albedo –la fracción de luz reflejada con respecto a la que incide–, de al menos del 90%. Este brillo podría estar causado por una atmósfera colapsada, congelada por el frío entorno.
Su masa y densidad sugieren que se trata de un cuerpo en su mayoría rocoso y cubierto de una capa de hielo.
Ocultación del objeto más lejano conocido del sistema solar
“Es la primera vez que se consigue detectar la ocultación causada por un planeta enano, y además se trata del objeto transnepturiano más lejano que conocemos”, asevera Ortiz. “La fuerza de la gravedad solar no se ha podido medir nunca a tan largas distancias de una manera fiable en el sistema solar”.
 Eris se halla tres veces más lejos de la Tierra que Plutón y se encuentra en una región en la que las ocultaciones son muy poco habituales y difíciles de estudiar; de hecho, inicialmente se pensó que esta ocultación no se vería desde la Tierra.
"Desde el IAA alertamos de que la predicción inicial era errónea e insistimos en la importancia de observar esta ocultación con el mayor número de telescopios posible", destaca José Luis Ortiz. De la red de veintiséis telescopios que apuntó hacia Eris la noche del 6 de noviembre de 2010, solo tres detectaron la ocultación, entre ellos están el telescopio de 40 centímetros de San Pedro de Atacama (Chile) perteneciente al Instituto de Astrofísica de Andalucía y a Astroimagen y el telescopio robótico de 50 cm de diámetro que el Centro de Astrobiología (CAB) opera en el Observatorio de Calar Alto, en Almería.
“Era una observación difícil porque la estrella ocultada es muy débil y, aunque el principio de la noche estuvo muy mal, a la hora de la ocultación fue posible observar Eris” afirma Luis Cuesta, investigador del CAB que dirige los telescopios robóticos del CAB.
Eris y la definición de planeta
El hallazgo de Eris en 2005 supuso un hito en la caracterización de objetos en el sistema solar: los primeros cálculos apuntaban a que su tamaño superaba el de Plutón y, aunque en un principio se habló de décimo planeta, finalmente se impuso una redefinición del concepto de planeta que no incluía ni a Eris ni a Plutón.
En una decisión que produjo controversia, la Unión Astronómica Internacional decidió que ambos pasaran a integrar una nueva categoría de objetos, los planetas enanos, reduciendo el número de planetas del sistema solar a ocho.
Ahora resulta que estos datos eran erróneos. “La comunidad científica había estimado un tamaño mayor de Eris porque las técnicas que se habían utilizado para medir su diámetro eran demasiado burdas, pues la tecnología no nos permitía mejores precisiones”, explica Ortiz. “El problema fundamental es que no había más técnicas, sólo una ocultación estelar podría aportar mejores resultados”.
Colaboración de más de 35 centros
Para realizar esta medición ha sido necesaria la colaboración de un gran número de centros astronómicos internacionales. El paso de la sombra de Eris sobre la Tierra tenía incertidumbres considerables y por tanto, “era necesaria  una amplia red de observadores dentro y fuera del lugar previsto de paso para asegurarnos detectar el fenómeno”, explica Ortiz.
“Predijimos correctamente el fenómeno mediante observaciones astrométricas, alertamos a la comunidad científica, organizamos la mayor parte de las observaciones, las realizamos, detectamos el desvanecimiento de la estrella desde un observatorio, e interpretamos los resultados”, explica Ortiz. “El papel del IAA ha sido vital para este descubrimiento”.

Referencia bibliográfica:
B. Sicardy et al. "A Pluto-like radius and a high albedo for the dwarf planet Eris from an occultation". Nature 478, 27 de octubre de 2011. Doi:10.1038.

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